22 febrero, 2015
Por Harold Vásquez, Ph.D.
Desde la implementación del Round Robin (RR) en 1986, la liga invernal dominicana de béisbol no había visto ambos equipos de la capital, Leones del Escogido (LE) y Tigres del Licey (TL), descalificados de esta etapa del torneo. Este acontecimiento ha dado mucho que debatir a cronistas y analistas deportivos especializados. Sin embargo, debido al ADN de Adam Smith (1723-1790) que llevamos muchos economistas, nuestro interés gira en torno al posible impacto económico de que el Estadio Quisqueya haya apagado sus luces desde principios de diciembre pasado.
Antes de arrojar números, debemos decir que analizar el impacto económico de un evento es una tarea difícil hasta para los economistas más experimentados, puesto que el análisis debe partir de una serie de supuestos que casi siempre son seriamente cuestionados. Además, la elección de los elementos que inciden en el evento de estudio queda a discreción del analista y, al mismo tiempo, éste debe omitir, ya sea por falta de información o dificultad de medición, otros elementos de relevancia. Finalmente, el análisis se hace mucho más complejo cuando se carece casi totalmente de información, como ocurre con las cifras de asistencia, ventas de boletaría, nóminas y salarios, entre otras cosas, de los agentes involucrados en el béisbol dominicano. A pesar de estas dificultades, esto no deja de ser un ejercicio divertido e interesante.
Para analizar el impacto económico de la descalificación de los LE y TL nos enfocaremos en la estimación de la pérdida de ingresos que se derivan de cuatro fuentes principales: (1) ingresos por venta de boletos de entrada tanto para la serie del Round Robin (RR) como para la serie final (SF); (2) ingresos por venta de artículos dentro del estadio (comida, bebidas, material promocional de los equipos, etc.); (3) ingresos por salarios del personal temporal que se pudo haber contratado para los juegos; e (4) ingresos provenientes por contratos de publicidad.
Para estimar la pérdida de ingresos por venta de boletos de entrada, partimos de que el estadio Quisqueya es el tercer estadio más grande del país, con una capacidad para 11,379 fanáticos (después de su ampliación), precedido por los estadios Cibao (18,077 fanáticos) y Julian Javier (12,000 fanáticos). Partiendo de la distribución de los asientos y los precios de cada sección, calculamos un precio promedio ponderado para las taquillas para los juegos del Escogido y del Licey.
Durante la temporada regular, el precio promedio ponderado de las boletas de los llamados “juegos premium” del Escogido fue de RD$584 pesos, casi un 20% superior a los RD$489 cobrados por el Licey (cuadro 1). Asumiendo un incremento de 50% en el precio de las boletas para el Round Robin (cifra similar al aumento de las boletas realizado por los Gigantes del Cibao cuando pasaron a esta etapa del torneo), los precios promedio de boletas podrían llegar hasta RD$876 para el Escogido y RD$733 para el Licey durante el RR, y hasta RD$1,022 para el Escogido y RD$856 para el Licey durante la serie final. (Al momento de escribir este artículo, los Gigantes del Cibao habían anunciado que mantendrían los mismos precios para los dos primeros juegos de la serie final, por lo que no tenemos referencia).
Asumiendo un porcentaje de asistencia al Estadio Quisqueya del 80%, tenemos que las pérdidas por juego podrían rondar entre RD$5.3 millones y RD$6.4 millones de pesos durante el RR y entre RD$7.1 millones y RD$8.5 millones por cada juego de la serie final. Estas pérdidas podrían alcanzar máximos entre RD$12.0 millones y RD$14.3 millones por juego del RR y entre RD$16.0 y RD$19.1 millones por juego de la serie final (cuadro 2).
En el caso de las ventas de artículos comestibles y promocionales en el estadio, las pérdidas dependen tanto de la asistencia como del gasto promedio por fanático dentro del estadio. Siendo conservadores y asumiendo un gasto promedio por fanático de RD$400 pesos, tenemos que las pérdidas por ventas podrían ser de RD$3.6 millones de pesos por juego, tanto del RR como de la SF. Tales pérdidas podrían llegar hasta un máximo de RD$5.5 millones de pesos por juego con una asistencia plena de los fanáticos (cuadro 3). Obviamente, este cálculo presupone que los precios y/o el gasto promedio no están aumentando con la mayor asistencia de los fanáticos, lo cual es cuestionable.
Para estimar la pérdida de ingresos del personal contratado temporalmente durante los juegos tuvimos que utilizar un poco de imaginación debido a la ausencia de estadísticas oficiales. Haciendo una búsqueda rápida, encontramos que el estadio de los Yankees de New York, cuya capacidad es para 50,291 fanáticos, emplea unos 775 trabajadores temporales durante la temporada, lo que equivale a un trabajador por cada 65 fanáticos. En el caso de los Gigantes de San Francisco, cuyo estadio tiene capacidad para 41,915 fanáticos, se emplea 1 trabajador por cada 53 fanáticos. Asumiendo una relación similar entre capacidad del estadio y empleados, y un pago promedio de RD$750 pesos por empleado por juego, tenemos que las pérdidas por este concepto podrían totalizar unos RD$37,500 pesos por juego (cuadro 4).
Finalmente, nos queda por estimar las pérdidas por inversión en patrocinios y contratos de publicidad. Según datos de la firma de medición de audiencia Nielsen IBOPE, en la temporada 2013-2014 las empresas invirtieron en publicidad mediante cadenas de radio y televisión unos RD$149.3 millones de pesos con el equipo del Escogido (de los cuales un 35% fue durante la serie del Round Robin), mientras que invirtieron unos RD$246.6 millones de pesos con el equipo del Licey (el 47% invertido corresponde al Round Robin). Partiendo de estas cifras, si asumimos un crecimiento de sólo 5%,de la inversión en publicidad durante la etapa del Round Robin, con respecto a la temporada pasada, tenemos que las pérdidas totales por este concepto en la temporada invernal 2014-2015 podrían llegar a unos RD$176.4 millones de pesos.
Para concluir, las pérdidas económicas por la descalificación al Round Robin de los equipos LE y TL podrían ser de magnitud significativa. Según las cuatro fuentes de ingresos analizadas, las pérdidas por juego podrían ser entre RD$5.3 y RD$6.4 millones por boletas del Round Robin, entre RD$7.1 y RD$8.5 millones por boletas en la serie final, unos RD$3.6 millones por ventas de productos en el estadio y unos RD$37,500 pesos por concepto de salarios de personal contratado de forma temporal. Considerando un total de 9 juegos por equipo durante el RR y un total de 4 juegos en la SF, estas pérdidas suman entre RD$128.2 y RD$134.9 millones por el resto de la temporada (con máximos entre RD$183 y RD$195 millones). Si añadimos las pérdidas por publicidad, según los datos de Nielsen IBOPE, las pérdidas totales por la descalificación de los equipos LE y TL podrían oscilar entre RD$307.9 y RD$365.8 millones por la postemporada 2014-2015.