2 septiembre, 2015
Por Harold Vásquez, Ph.D.
Oliver Blanchard, quien es el Economista Principal (Chief Economist) del Fondo Monetario Internacional, está a punto de retirarse y hace poco concedió una entrevista al diario Wall Street Journal, donde presenta sus puntos de vista sobre el futuro de la macroeconomía. Un elemento importante es que, al referirse a la reciente crisis financiera, Oliver Blanchard plantea lo siguiente (la traducción es mía):
“La crisis financiera plantea una crisis potencialmente existencial para la macroeconomía. La macroeconomía que se practica está basada en la suposición de que hay relaciones agregadas bastante estables, por lo que no es necesario hacer un seguimiento de cada individuo, empresa o institución financiera –que no necesitamos entender los detalles de la plomería al nivel microeconómico. Hemos aprendido que la instalación de cañerías, especialmente en el sector financiero, importa: los mismos agregados pueden ocultar graves problemas macro”.
Wall Street Journal, Agost 31, 2015
Los modelos macroeconómicos de orientación keynesiana, los cuales discutiremos más adelante, están basados en esta relación estable de los agregados macroeconómicos y una de sus principales críticas es la carencia de una teoría consistente que explique el comportamiento de los individuos. Por ejemplo, piénsese en la conocida función de consumo keynesiana:
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\[ C_{t} = \alpha + \beta\times{YD_{t}} \]
Esta ecuación plantea que el consumo (C), en el momento “t”, es una función del ingreso disponible $(YD_t)$
Sin embargo, por más lógica que parezca, dicha relación no emerge de una teoría basada en cómo los consumidores toman decisiones o de qué elementos dependen esas decisiones. Decir simplemente “el consumo es función del ingreso disponible” parece una aseveración dictada por Dios, donde en este caso, Dios = Keynes!
Esto es muy diferente a cuando intentas explicar el comportamiento de los consumidores partiendo de la especificación de una función de utilidad—la cual representa las preferencias por consumo, ocio, trabajo, y aceptación de riesgos—de los individuos, y suponemos que los individuos intentan tomar las mejores decisiones dadas sus condiciones—lo que llamamos, proceso de optimización con restricciones. En otras palabras,
Los modelos keynesianos más modernos (llamados neokeynesianos) han intentado corregir esta problemática introduciendo elementos “microfundamentados” para dar un mayor peso teórico a sus planteamientos y predicciones. Sin embargo, estos modelos aún pueden contar con un número importante de elementos y funciones agregadas sin una buena justificación teórica.